domingo, 17 de octubre de 2010

caos, sincronicidad y meditación-

La palabra “sincronicidad”, cuyo principio lanzara el psiquiatra suizo Jung en el año 1951, se ha convertido ya en parte de nuestro vocabulario, la utilizamos en cuanto nos sobreviene una casualidad poco usual, como por ejemplo, recibir una llamada de alguien a quien, justamente, íbamos a llamar; o pensar en alguien que hace mucho no vemos y con quien nos cruzamos al día siguiente en la calle.
También cuando leemos un libro y, de pronto, empezamos a ver cosas relacionas con el contenido de la lectura.
Todos hemos sentido alguna vez esa extraña sensación de que algo nos une a los acontecimientos que nos rodean, sin explicación lógica. Pero cabe preguntarse si no será simple casualidad, sólo un juego de azar que nos hace sus víctimas. Hay estudios matemáticos al respecto que así lo afirman. Dicen estos cálculos que las probabilidades de que en los próximos veinte años nos suceda una coincidencia extraordinaria es del 52%.
Jung decía que, ante esto, se pueden hacer tres cosas: tomarlas como una casualidad fortuita, cerrando la mente a la evidencia; llamarlas magia o telepatía sin más; o entender que pueden ser un punto de partida para investigar lo que parece ser un principio vinculador “acausal” y ver hasta dónde nos lleva.
Conocer el mecanismo para lograr que esto ocurra nos permitirá transformar este fenómeno en un hecho voluntario y así poder provocarlo conscientemente.
Si uno inicia un sendero espiritual pierde la amargura, las preocupaciones y las penas. La seriedad se convierte en alegría y el egoísmo en la necesidad de compartir.
Al experimentar estas sensaciones, al mismo tiempo se acelera la sincronicidad, es decir, entre la intención y el cumplimiento los tiempos se acortan.
Pensamos en alguna persona y nos llama por teléfono, necesitamos alguna cosa y alguien nos lo regala, queremos ver una película y descubrimos que la van a proyectar en el canal que estamos viendo.
Esto, que parece mágico, no es mágico es una propiedad del campo que está a nuestra disposición si estamos debidamente conectados.
Sobreviene el asombro ante algo que no se puede explicar, porque podemos mirar al mundo de una manera diferente y comprender nuestra relación con el campo de la conciencia que nos libera del diálogo interno y el conflicto.
Todo el Universo que percibimos es una proyección holográfica de la conciencia cósmica y el cuerpo físico también. Este campo está en constante transformación dinámica, es la fuente de energías opuestas. Cuando dejamos de juzgar y la mente se vuelve silenciosa, entramos en el campo de la conciencia pura.
La sincronicidad es un atributo del campo de energía consciente, una propiedad que puede estar a nuestro alcance si lo deseamos.

2 comentarios:

  1. Genial !!!
    Al meditar a diario , estos fenómenos me ocurren muy seguido !

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  2. Se puede leer el artículo original en https://www.elsoñador.es/la-logica-de-la-sincronicidad/

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