viernes, 22 de abril de 2011

El caracol descuidado por su cuidador

Los caracoles son lentos y al pasar van llenando de brillo su camino. Si querés podes seguirlos con facilidad. Por más que te duermas y ellos en ese tiempo avancen varios metros, basta con mirar el suelo y podrás seguir sus rastros.
Pero es probable que cuando alcances a tu caracol ya no este mas, solo encontrarás un armazón destruido por un camión que paso.
Tú no lo cuidaste, él continuo su viaje. Si te hubieses quedado a su lado hoy probablemente hubiesen llegado a destino, juntos sanos salvos y felices.
Dejaste que el tiempo los distanciara y así terminaron las cosas, ambas partes sufriendo. Vos la culpa, él la muerte.
Sabía muy bien que saldría lastimado alejándose de ti, pero qué podía hacer?, solo seguir con hambre mientras vos no le respondías.
Hoy esta mejor en otra vida y aunque su accidente fue brutal, es feliz junto a los suyos en el cielo de los caracoles.

viernes, 1 de abril de 2011

El hombre que camina despreocupado hacia nosotros por la playa de Pinamar es Alfredo Yabrán, y está muerto. Se suicidó. Dicen que por culpa de esa foto. “Es como un disparo entre los ojos” dicen que dijo. El hombre que la tomó es José Luis Cabezas, y también está muerto. Lo mandó a matar Yabrán, dicen que por esa foto. ¿Una fotografía vale dos vidas?
José Luis Cabezas  hizo visible el rostro de un hombre cuya fortuna creció en las sombras, tal vez porque el entramado político, financiero y delictivo que la hizo posible no toleraba la luz. Alfredo Yabrán lo mandó asesinar para demostrar un poder refractario a la mirada de los demás, para mantenerse oscuro. ¿Qué exhibió cada uno?
Dicen que Alfredo Yabrán fue un empresario. “Un humilde cartero”, se definió. “El poder es impunidad”, se definió. Los compañeros de José Luis Cabezas dicen “No se olviden. No olvidamos”. “Es un hombre”, dicen.  ¿Qué valor tiene una vida?.