lunes, 6 de diciembre de 2010

Desilución.

 Fue mi primer muestra fotográfica, quizás también la última, la única. Lo que hice durante todo el año. En donde me refugié los dias de frio y en donde volqué también todos los dias calurosos. 
Tenía esperanzas de que él viniera. Lo esperé, lo esperé y lo sigo esperando.
A las19 hs empezó todo, mi sonrisa estaba intacta y había brillo en mis ojos de tanta ilusión.
Pasaron dos, tres, cuatro minutos. De a poco las nubes se fueron tiniendo de azul, azul oscuro, negro.
20.30 hs: mi sonrisa se estaba borrando. Pero aún asi algo en mi me decía "quizás se le hizo tarde pero pronto llegará".
20.40 hs.
20.50 hs
20.55 hs...
y el reloj marcó las 20.59 hs. Un minuto, "daleee, yo sé que vas a venir, POR FAVOOR, vení "
21.00 hs en punto. La gente de apoco comenzó a abandonar el lugar. Las luces se apagaban. Las fotos eran descolgadas. Ya no quedaba mas nadie que la que debía cerrar y yo. Extendí  mi estadia en el salón ofreciendo mi ayuda para barrer y ordenar las últimas desprolijidades, barrí hasta que me salieron callos en las manos y Julia en la puerta apurandome con la mirada.
Una lágrima rodo por mi cachete y fue barrida también. Acomodé la escoba y salí.
Miré fijo hacia la avenida pero ninguna sombra se acercaba. Decidí sentarme en la vereda un instante. Hacia frio sabés?. Sin embargo soñé que vos ibas a llegar corriendo, me ibas a abrazar y sonreirías para mi. Abrí los ojos y me ví sola, completamente sola. El viento me hablaba al oído queriendo convencerme que ya no tenia sentido seguir en ese lugar.
Me paré miré las puertas del teatro, giré la cabeza hacia ambos lados y cruzé de vereda para ir a casa. No, no viniste.
Una plumita quedó flotando en aquella zanja...



  Mi vestido azul es una canción que describe bien eso que sentí..
Y yo te voy a esperar y no me voy a pintar, yo se que te gusto mucho cuando me ves natural.
Y llegare tan puntual no quiero perder mas tiempo,cada segundo que tardas es un beso que te resto. 
Me pondré el vestido azul  que se que te gusta mas, dejaré mi pelo suelto para que baile en el viento.
Y en nuestra esquina de siempre el aire se ha perfumado, porque en todas la ventanas el amor se esta asomando. 
Pero no vino, nunca, no llego y mi vestido azul se me arrugo y esta esquina no es mi esquina y este amor ya no es mi amor.
Pero no vino, nunca, no llego y yo jamás sabré lo que paso, me fui llorando despacio me fui dejando el corazón. 
Y me robaste la esquina y me quede tan perdida. A dónde vuelan mis sueños? a un callejón sin salida.
Y me quité mi vestido que tanto te gustaba. Total me siento desnuda, total ya no tengo nada. 
Y él no vino nunca, no llego..

Esa lluvia.

“La lluvia atrapa los recuerdos, los hace nuestros hasta el fin. Por eso es inevitable observarla, al verla caer no ves agua solo momentos que viviste o que quieres que sean”
Daneuris Restituyo

No ha salido el sol en todo el día y a cada rato un aguacero nos obliga a meternos en algún portal o quedarnos en casa. Se podría pensar que en un país tropical la vida se organiza teniendo en cuenta el clima y que junto a la ropa ligera tenemos siempre a mano sombrillas y capas de agua. Pero no es así. “No pude ir porque estaba lloviendo” es la disculpa más común de la temporada. No asistir o llegar tarde, lo mismo al trabajo que a una cita amorosa, están socialmente aceptados cuando esgrimimos el contundente argumento. Muchas veces hemos visto en películas la escena de una multitud bajo la lluvia. Nos impresiona la imagen de esa nube de paraguas que se extiende a lo largo de una avenida o a todo lo ancho de las gradas de un estadio. Inevitablemente comparamos esas escenas con la típica estampa de nuestras calles en medio de un chaparrón: bolsas de nylon usadas como gorro, el periódico o un trozo de cartón intentando cubrir la cabeza; personas mayores aguardando bajo los balcones o apelotonadas en una parada de ómnibus. La alegría casi siempre la aportan los jóvenes que desafían el temporal, corriendo empapados y surfeando sobre lo primero que se encuentran, una tabla o la vieja goma de un auto… Son días para alegrarse de su llegada, que esperada es la lluvia cuando la tierra reclama de sus entrañas su presencia. Ahora me conformo con decir que la ciudad no colapsará por un simple chubasco que cae sobre el trópico, que sea bienvenida.
Ahora mis instintos de poeta renacen en medio de está cuidad que es inmune a esta lluvia intensa que hace a la gente correr. Yo no lo hago. Me gusta mojarme. Así que prefiero seguir caminando al mismo paso que llevaba antes de que las nubes abrieran sus compuertas. Las gotas que caen componen una melodía que nunca antes había escuchado, cada una de ellas aterriza en un tono distinto, creando así una sinfonía multicolor. Y el cielo que, hasta hace unos segundos, era de un azul sin defecto, es ahora gris… Es como si volviera a vivir aquellos momentos de infancia en que saltaba de charco en charco y me volvía un cazador de ranas y renacuajos… para más tarde encontrarme siempre con el grito regañador de mi madre.
Sigue lloviendo y el agua de la lluvia cae en el río y se mezcla con ella, hasta llegar al mar para comenzar de nuevo un ciclo sin fin...Ahora vuelve a ser agua salada, pero eventualmente volverá a ser agua de lluvia, que volverá a ser agua de mar. Pienso que, en cierta forma, yo soy como ella. Me evaporo con la esperanza de montarme en una nube que va pasando, con esa nube me voy lejos y después de un largo recorrido, regreso al punto de partida convertido en lluvia que vuelve a caer en el lugar que la vio marcharse.
Sigue lloviendo, y yo camino cada vez más lento, quiero que la lluvia me lleve con ella, a donde quiera que vaya… gracias lluvia por calmar mi sed.

del blog   http://www.conplumaypapel.com