viernes, 3 de septiembre de 2010

Coloqué en el cesto aquél beso que nunca dí.
Confieso que mi cara está inmóvil, sin expresiones, no quería hacer eso, fui obligada.
Que tonta soy, al final siempre arruino todo, estoy desolada, en un viaje a la deriva, perdida en mi misma.
Quiero correr pero estoy paralizada.
Perdí el rumbo hace rato.

Espirit de l'escalier

La gente en Francia tienen una frase: "espíritu de la escalera". En francés: espirit de l'escalier. Significa el momento en el que encuentras la respuesta, pero es demasiado tarde. Como cuando estás en una fiesta y alguien te insulta. Tienes que decir algo. Entonces bajo presión, con todos mirando, dices algo estúpido. Pero en el momento que te vas de la fiesta... mientras bajas las escaleras, magia. Se te ocurre la cosa perfecta que deberías haber dicho. La réplica perfecta desperdiciada.
Ese es el espíritu de la escalera.
El problema es que ni siquiera los franceses tienen una frase para las cosas estúpidas que realmente dices bajo presión. Esas cosas estúpidas, desesperadas que realmente piensas o haces.
Algunos actos son demasiado bajos para tener un nombre. Demasiado bajos siquiera para hablar de ellos.