Me miro al espejo al llorar es graciosa mi cara. Se me arruga la frente, los ojos y las cejas se me juntan, me muerdo los labios y se me hacen huecos alrededor de la boca, es que soy cachetona. Es raro, ahora me estoy riendo de mi misma, los mocos caen. Hay sonido a risas y a la vez gusto a lágrimas. Es que me duele el corazón, es como si alguien lo hubiese puesto a lavar, lo retorciera y lo pusiera en el tendedero a secar, clavandole dos broches fuertes en cada punta.
Es difícil decir basta pero para tomar fuerza y coraje se produce previamente un conflicto interno, porque como dijimos es duro pero uno sabe que es lo mejor y por eso intento reir y no llorar.
Detuve mi caminata, cerre los ojos miré hacia el costado y me di cuenta que no vale la pena seguir esperando que él tome su fernet tranquilo se acomode y decida acompañarme. Asi que digo chau a esa ilusión. Ahora empieso a dar mis primeros pasos para verlo mas atrás, verlo borroso, ver solo una silueta, ver una sombra, ver solo neblina, no verlo mas.