domingo, 5 de febrero de 2012

No necesito.

No necesito tacones para ser mujer, ni olvidar cómo llorar para ser fuerte.
No necesito carcajearme para demostrar que soy feliz, ni guiñarte un ojo para hacerte saber que estoy contigo.
No te necesito para poder amarte, ni me hacen falta las palabras para hablarte.
No necesito que salga el Sol para ver la luz, ni la lluvia para refrescarme.
No necesito alas para volar, ni morir para aprender a vivir.
No necesito decirte que te quiero para que lo sepas. (Aunque debería)
Mucho menos necesito sufrir para merecer. Ser merecedora de todo y de ti.
No necesito competir contra ninguna otra mujer para que sepas lo que soy yo.
No necesito demostrarte que eres importante si eres incapaz de ver que te lo he venido demostrando hasta cansarme.
No necesito decirte que exagero cuando digo que me canso porque en realidad nunca dejo de intentar.
No necesitas abrir los ojos para que me veas, ni que me toques para que me sientas.
Lo único que necesito día a día es seguir caminando de la mano de mi mejor amiga, esa muchacha de rizos oscuros que me guiña un ojo cada mañana en el espejo.
 Porque ella es la única que verdaderamente se ríe a carcajadas con la vida, cada vez que llueve y todo se enfría.

No hay comentarios:

Publicar un comentario