Cuenta una leyenda que, durante la noche, una araña colgada del hilo se bajó de una rama y, tras encontrar un lugar adecuado, comenzó a tejer su tela. Por la mañana, una vez terminada su obra, quizo comprobar con los primeros rayos de sol como habia quedado: miró, remiró y tuvo que admitir que era geometricamente perfecta. Una simetria maravillosa. No habia ni un solo hilo fuera del lugar. La araña satisfecha, se felicitó a si misma: era una constructora perfecta!, la tela estaba echa como una obra de arte. solamente...vaya!, el hilo que bajaba de lo alto era terriblemente antiestético:lo estropeaba todo. No le gustaba, dicho y echo la araña subió y lo cortó. De repente toda su maravillosa construcción se desplomó, sobre sí misma en un amasijo inextricable, arrastrando en su desmoronamiento a la propia araña"
Amadeo Cencini, el árbol de la vida.
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